En Santa Rosa hay un edificio abandonado que el Gobierno no quiere ceder al Municipio
Se trata del viejo hospital, donde pretendían desarrollar un centro cívico y un geriátrico. El rechazo a las iniciativas provocó su deterioro total. Ahora es un gran foco infeccioso.
Hasta hace aproximadamente cinco años atrás el nosocomio funcionaba en un sector céntrico, ubicado en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Lamadrid, a unas tres cuadras de la Terminal de Ómnibus.
Cuando en la gestión anterior se inauguró un nuevo edificio con instalaciones más propicias para atender la salud de la localidad, se concretó la mudanza hacia el predio de la calle Santa Rosa, donde actualmente funciona el Hospital “Dr. Ricardo Roque Ferrara”.
Al momento del traslado, el viejo centro de salud estaba en óptimas condiciones para ser reutilizado, y por eso desde ese momento la Municipalidad inició gestiones para ponerlo en valor.
Al tratarse de un bien del Estado provincial, no se podía materializar ningún proyecto. Entonces se intensificaron los pedidos al Gobierno de Alberto Rodríguez Saá, pero no hubo respuestas positivas.
La falta de decisión derivó en el abandono y deterioro total de las instalaciones. Se robaron gran parte de las aberturas, rompieron todos los vidrios, rayaron con grafitis su interior y lo convirtieron en un foco de ratas e insectos.
La idea inicial era desarrollar un centro cívico que descentralizara algunas oficinas municipales, pero nada fue posible.
En resumidas cuentas, a lo largo de estos últimos años se dejó abandonar un local totalmente utilizable y se intensificaron los riesgos de accidentes, inseguridad y usurpaciones.
Para conocer más detalles del caso, elchorrillero.com mantuvo un diálogo con el intendente Miguel Postiguillo. Según advirtió “hubo negligencia” a la hora de preservar un bien estatal y recordó promesas incumplidas por parte de Rodríguez Saá.
“En la elección anterior el Gobernador dijo que iba a hacer un centro deportivo para los jóvenes. El lugar no tiene patio, pero bueno, es lo que él dijo. Terminó la elección y no hizo nada”, señaló.
“Hemos tenido suerte de que no lo hayan usurpado, tendría que haber alguien preso por haber dejado destruir un bien público, porque ese lugar estaba funcionando”, sentenció.
Para graficar el abandono explicó que “recién a más de un año” del funcionamiento del Hospital “Dr. Ricardo Roque Ferrara”, se llevaron la máquina de rayos, que significó una gran preocupación por la radiación.
Qué quería hacer la Municipalidad
De acuerdo a lo que detalló Postiguillo, el municipio cuenta con un hogar de ancianos en el que hay alrededor de cinco abuelos. La institución funciona por el trabajo de una comisión que administra las ayudas que llegan solidariamente y el porcentaje de las jubilaciones de los internados.
El viejo hospital cuenta con las condiciones edilicias ideales para el desarrollo del geriátrico: “Sería bueno que nos dieran aunque sea una parte, estarían mejor ahí, incluso si se hiciera cargo la provincia se podría albergar entre 15 y 20 abuelos y hasta se podría designar en distintas tareas a gente de los planes sociales”.
Por otro lado la idea inicial era descentralizar algunas oficinas y reunirlas a modo de centro cívico, cuestión que significaría un alivio para los vecinos a la hora de los trámites.
“Se podría enviar al Registro Civil, Rentas, alguna dependencia de la provincia como la secretaría de la Mujer, todo lo que tenga que ver con oficinas provinciales o nacionales, como el caso del Senasa”, explicó.
También se pensó en un salón comunitario de usos múltiples y ceder un sector para el Centro de Jubilados. “Cualquier utilidad será mejor que la posición que tiene ahora”, aseguró.
La puesta en marcha de cualquiera de las ideas no demandaría grandes cantidades de dinero ya que la estructura en sí no está en peligro.
Sólo se deberían hacer de nuevo los baños, reparar las paredes, ventanas, puertas, instalaciones eléctricas, entre otras cosas.
“Eso está arruinando una esquina céntrica y corremos el riesgo de que haya un accidente ya que está vandalizado, siempre puede haber algo no deseado. A nadie le gusta que el lugar se encuentre así”, concluyó.
En definitiva lo que en el pasado era un sitio fundamental para los vecinos, ahora es apenas una edificación totalmente arruinada, que no solo afecta a los alrededores, sino que atrasa diversas iniciativas para el crecimiento del pueblo.